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Mario Roldán Delgado
En el año 1976, un tiempo después que decidiera dejar los estudios en el Liceo de Escazú, donde cursé hasta tercer año, comencé a trabajar en el Cine Escazú como rotulista, siendo más tarde también boletero y en ocasiones desempeñando los cargos de misceláneo y operador de cine. Allí laboré por unos 10 años hasta que la sala de cine fue cerrada.
En mi mente permanecen aún los inolvidables momentos con mis amigos tomando fotografías, películas de cine súper 8, en montañas y potreros, encaramados en árboles y techos con mi hermano Marco y mi primo hermano Carlos Delgado (Cameo) —de grata memoria— y sus hermanos Rolando, Ademar y Rita y un grupo de amigos del vecindario.
Tomado del periódico El Ferrocarril
4 de octubre de 1878
El deseo de aspirar el delicioso aroma de los campos obligan al ciudadano a salir, muchas veces, sin giro determinado en busca de gratas impresiones que brinda la naturaleza con sus caprichos y sus galas.
Érase el domingo 15 de setiembre: convidé al amigo N. y nos dirigimos a La Sabana que es el recreo único de la capital; cual nos vimos para atravesar la calle de la ciudad al panteón: el fango estaba por toneladas y nuestras bestias se fatigaban algún tanto en un trecho tan corto, después de haber tomado algunos sorbos de lodo, ¡qué anomalía!, nos decíamos, una tan hermosa acera al lado de un camino, si puede llamarse así ese lodazal tan hondo y peligroso.
Tomado del Diario de Costa Rica
21 de agosto de 1930
Se dijera que una indolencia tropical silencia a los hijos de Escasú, quienes no suelen cantar las bellezas naturales de su pueblo ni los adelantos que el tiempo y la civilización le proporcionan.
Sin embargo, lo que parece una pereza musulmana no es sino resultado de una tesonera y silenciosa actividad. Y, fruto también de una modestia característica de los escasuceños. Todo lo cual no quiere decir que este villorito centenario carezca de encantos naturales, así como de progresos y acontecimientos diarios que den motivo a crónicas constantes, si así quisiera hacerse.
Marco Antonio Roldán
Reventando películas. En las décadas de los años 70 y 80, el Cine Escazú tenía fama de que las películas se reventaban mucho, es decir, la película se cortaba en plena proyección y tenían que parar y volver…
Los empleados del Cine Escazú. Mucha gente que asistió al cine por los años 70 y 80, quizás recordarán a algunos de sus empleados más famosos: Rafael Ujueta (Bartolo), quien por varios años trabajó como recibidor de boletos…
Los “llenazos” en el Cine Escazú. Con algunas películas muy taquilleras de los años 70 y 80, el Cine Escazú vivió verdaderos “llenazos”, como por ejemplo, cuando se exhibió La Guerra de las Galaxias, Kin Kong y La Niña de…
Tomado del Diario de Costa Rica - 17 de septiembre de 1940
Allá, a lo lejos, en las faldas de los cerros de la Piedra Blanca; en los vallecillos multicolores, rivalizan los maizales, los cañaverales; los potreros y los frijolares, en el arte mágico de matizar el fondo del paisaje con los mil tonos del verde.
El paisaje es animado por el reverberar deslumbrante del sol, por tenues nubecillas que, asomando entre los riscos, acusan el escondite de juguetonas y cantarinas aguas de manantial...
Jorge Montoya Alvarado
La pulpería es uno de los espacios más antiguos que hemos tenido los costarricenses desde la época colonial.
Son lugares de mucha importancia histórica, porque han jugado un papel en la constitución del entorno de nuestra nación y, por ende, de Escazú.
La vida cotidiana en nuestras comunidades siempre ha girado alrededor de las pulperías no solo en la prestación de servicios al cliente, sino como lugar de reunión de diferentes personas: servía de correo...
Marco Antonio Roldán
Aquella singular plaza de fútbol, ubicada frente a la iglesia de San Miguel Arcángel, en pleno centro de Escazú y que otrora fuera el centro de grandes encuentros futbolísticos, hoy inspira añoranzas a jugadores y aficionados escazuceños quienes, irremediablemente, la vieron desaparecer en 1976 para convertirse en parque.
Luis Gómez Cucalón
Revisando papeles viejos y fotografías ya amarillentas por el paso de los años, me encontré con un retrato de 72 muchachas escazuceñas, vestidas de vírgenes, que lucieron de esta manera durante el Congreso Eucarístico, celebrado en nuestro cantón en 1948.
Marco Antonio Roldán
Escazú en tiempos de antaño fue un lugar muy visitado por veraneantes de San José, que se venían a pasar la temporada de verano en este lugar, incluyéndome a mí.” Así comienza contándonos doña Lydia Sartoresi Patiño, algo de su vida y su relación con el Escazú pasado.
Panchita Flores Valverde
Cuando era jovencita, allá por la década de los años cuarentas, recuerdo que cada 29 de septiembre, a las cinco de la mañana, me despertaban las atronadoras bombetas y la banda tocaba las alegres dianas por las viejas y céntricas calles empedradas del centro de Escazú.